sábado, febrero 07, 2009

Keeper Escorial, cuarenta años en el recuerdo


En 1969, con la revolución parisina de mayo del 68 recién acabada, los jóvenes españoles demandaban un cambio en los hábitos de ocio. Fue entonces cuando, en la localidad de El Escorial, hizo acto de presencia un logotipo que hasta entonces no había sido visto nunca en ningún lugar: Keeper aterrizaba en El Escorial.

Hasta entonces, lo que hoy conocemos como discoteca no había existido como tal, puesto que a los lugares donde la gente iba a bailar y a tomarse las copas se les llamaba “Boites” o “Salas de Fiestas”. La discoteca Keeper, primera en España, tuvo un éxito rotundo y, a pesar de estar a 50 kilómetros de la capital, era extraño ver algún fin de semana sin gente dentro del local. Al poco tiempo de la apertura de Keeper Escorial se fueron sucediendo inauguraciones en Madrid, Marbella o Ibiza. Sin embargo, el destino no fue el mismo para todas. Este es mi relato personal sobre la vida con Keeper:

En primer lugar he de reconocer que no era Keepero exclusivo, ya que me repartía entre Keeper y la otra discoteca que había en el municipio, “La Oveja Negra” (que merece capítulo aparte). Para alguien del pueblo como yo, Keeper siempre fue la discoteca de los veraneantes, pero no solo de El Escorial y San Lorenzo, sino que era un referente para toda la Comunidad de Madrid. Los nombres de Barry en la puerta, Gil en la barra, Picabea desde todos los sitios… en fin, toda la gente que tenía que ver algo con el local, eran un poco como la familia de fin de semana de mucha gente.

Keeper fue durante años sinónimo de fiesta, diversión y buenísimos momentos. Eran famosas sus fiestas, en verano cualquier cosa valía: romanas, hawaianas, de disfraces… Y en invierno se organizaban allí las fiestas para recaudar fondos para los viajes de fin de curso de los colegios de las Concepcionistas y de los Agustinos.

Recuerdo esta discoteca como un lugar en donde se podía bailar, tomar una copa, mantener una conversación tranquilamente y, como no, esos momentitos íntimos y privados. Es lo que daba de sí ese local con tanto rincón y recoveco. Y, por supuesto, el ambiente sano que existía en cada uno de esos rincones. No eran muy habituales las broncas y peleas a pesar de estar hasta arriba, aunque, eso sí, recuerdo alguna de ellas especialmente grave.

Y puestos a hablar de Keeper, no se puede dejar de lado el local que prácticamente era una ampliación de Keeper: Don Marcos, local aún abierto, y muy bien llevado, donde sus perritos y hamburguesas nos ayudaban a pasar las copas.

A finales de los 80, la zona (San Lorenzo y El Escorial), disfrutó de lo que seguramente fue el mayor apogeo de la marcha serrana. Se abrieron locales como Tersicore, Aqua, Duo…Todos estos sitios acabaron cerrando, y el único que siguió abierto fue Keeper. Así se mantuvo hasta mediados de los 90, cuando entre presiones, cambios de preferencias de la gente joven y las nuevas normas para locales y establecimientos hicieron que cerrara definitivamente sus puertas.

A partir de ahí los únicos establecimientos que se abrieron fueron residencias de ancianos, desplazándose todo el ambiente a diferentes pueblos vecinos: Guadarrama, Villalba, Navacerrada, etc.

En algún foro alguien preguntaba si podría haber opción de volver a abrirlo. Me parece muy poco probable, porque, como ya he comentado, una de las razones del cierre fue el incumplimiento de muchas normas, y el local no da margen para reformas, así que lo mejor que podemos hacer es mantener en nuestra memoria los buenos momentos, muchos, que hemos pasado allí.

Publicado en www.ecodelasierra.com